That One in the Mirror
- Soldier Of Love
- hace 9 horas
- 5 Min. de lectura
Un viaje a través de Dancing the Dream
“Un Viaje a Través de Dancing the Dream” es un paseo suave por el mundo poético de Michael,
un espacio silencioso donde leo sus poemas despacio, con ternura, respirando cada línea.
Aquí exploro las imágenes, emociones y verdades que dejó entrelazadas entre sus palabras,
intentando escuchar con el mismo corazón abierto desde el que él escribía.
Hay mañanas en las que el alma susurra muy bajito,
y si guardamos suficiente silencio, podemos oírla.
Este poema abrió para mí una mañana así:
un pasaje delicado hacia el mundo interior de Michael,
un lugar lleno de ternura, honestidad,
y un amor tan amplio que parece abrazar la tierra entera dentro de su pecho.
Aquí comienza mi viaje por Dancing the Dream,
y hoy, este camino empieza con “That One in the Mirror”…

Un Susurro en el Espejo
“Quería cambiar el mundo, así que me levanté una mañana y me miré en el espejo.”
Michael empieza con un anhelo que se siente universal:
ese deseo inocente de curar lo que duele,
de llevar consuelo donde hay dolor.
Pero en lugar de mirar hacia fuera, mira hacia dentro.
El primer paso del cambio es la valentía de enfrentarnos a nosotros mismos,
de preguntarnos: “¿Quién soy en medio de todo esto?”
“No queda mucho tiempo… ¡Haz algo!”
El espejo habla con urgencia.
Muestra las heridas del mundo sin filtros:
los niños que pasan hambre, las naciones divididas,
los océanos heridos, el aire que apenas respira.
Es un grito de acción,
una súplica de un reflejo que solo ve la desesperación.
Michael siente esa angustia profundamente.
Se convierte en suya.
“Todo parecía un caos, una tragedia, un desastre.”
El reflejo arde de rabia,
y Michael refleja ese sentimiento.
Porque la sensibilidad profunda hace eso:
absorbe el dolor del planeta
como si fuera un latido temblando dentro del pecho.
La esperanza… y la caída
“Hay tanta buena voluntad aquí…”
Aquí la luz vuelve.
Michael encuentra personas con corazones llenos de esperanza,
almas que quieren ayudar.
Ve su bondad, su sinceridad.
Y el espejo, por un momento, cree:
“Ahora sí avanzaremos, si todos hacen su parte.”
Pero el mundo no siempre cambia tan rápido como los sueños.
“Quizá no tiene remedio”, susurró. “Pero tú y yo sobreviviremos.”
Entonces entra una tristeza silenciosa.
El espejo se vuelve egoísta, distante,
una voz de resignación más que de compasión.
Una voz que separa el “yo” del “ellos”.
Y algo dentro de Michael sabe que eso no está bien.

La revelación: el mundo no está afuera
“¿Y si ese del espejo no soy yo?”
Este es el despertar.
El momento en el que el velo se levanta.
Michael se da cuenta de que ese reflejo frío,
el que ve el dolor del mundo como algo lejano,
no es su verdadero yo.
Porque el sufrimiento del mundo
no ocurre “allá afuera” para él.
Lo siente dentro,
como si cada herida le perteneciera al corazón.
Un niño llorando en Etiopía,
una gaviota hundiéndose en petróleo,
un gorila cazado sin piedad,
un joven soldado temblando de miedo…
No son estadísticas para él.
Son sensaciones,
ecos que estremecen su pecho.
Michael lleva el mundo dentro de sí,
su dolor y su ternura.
La ilusión se disuelve
“El que me miraba había empezado a desvanecerse.”
El yo del espejo comienza a desaparecer.
Porque solo era una imagen,
una cáscara, un límite,
una separación falsa.
Michael descubre una verdad más profunda:
“No estoy tan separado ni tan asustado.”
La vida misma se convierte en sanadora.
El amor se vuelve medicina.
Y el mundo se convierte en hogar,
un lugar donde nada está fuera de él.
La conversación tierna con uno mismo
“Oh, amigo… ¿crees que algo puede solucionarse sin amor?”
Este es mi momento favorito del poema:
cuando Michael habla con su reflejo
como a un amigo dulce,
no a un enemigo.
Podríamos ser más pacíficos,
más amorosos,
más honestos entre nosotros.
Él invita a la honestidad.
Invita al amor.
Invita a la cercanía.
Le pide a su reflejo que se ablande,
que confíe,
que camine a su lado.
Y después llega la invitación que late como un corazón:
“Oigo que empieza una danza. Ven.”
Es su forma de decir:
“Caminemos juntos.
Seamos uno otra vez.
”La sanación empieza en la unidad.

El amor como camino de cambio
“¿Cambiaría eso el mundo? Creo que sí.”
Una esperanza tímida.
Una fe humilde.
Pero una fe lo bastante fuerte como para mover montañas.
“Madre Tierra quiere que seamos felices…”
Michael convierte al planeta en una madre:
cálida, amorosa,
que desea nuestra alegría tanto como nosotros deseamos su curación.
Ella no necesita guerreros del miedo,
sino hijos valientes,
valentía que nace de la conexión.
“Cuando ese del espejo está lleno de amor… no queda espacio para el miedo.”
El miedo se disuelve en el abrazo del amor.
Y los corazones desconectados vuelven a sentirse completos.
El mundo dentro del corazón
“Nunca me siento solo cuando soy hijo de la tierra.”
Aquí Michael alcanza un lugar de claridad espiritual.
Pertenece.
Está sostenido.
Es parte de todo lo que vive.
“Toda la vida está en mí.”
Los niños con su dolor.
El océano rebosando de alegría.
Los animales temblando de miedo,
y los animales celebrando la vida.
Todo lo vivo late dentro de él.
Dentro de nosotros.
Esta es su plegaria.
Su verdad.
Su manera de mirar el mundo.

El cierre: una promesa de mañana
“Cada mañana toco el espejo y susurro: ‘Oh, amigo… oigo una danza. ¿Bailas conmigo?’”
El poema se cierra con ternura.
Cada día comienza con un gesto de amor,
una reconciliación,
un reencuentro
entre uno mismo y uno mismo.
Una promesa de caminar con honestidad,
de ser suaves con las partes que temen,
de elegir el amor una y otra vez.
Y en esa elección silenciosa,
el mundo empieza a sanar…
Cuando terminé de leer este poema,
sentí como si Michael tomara mi mano
y me susurrara la misma pregunta que le hace a su reflejo:
“¿Bailas conmigo?”
Y creo que ese es el corazón de este texto:
una danza, no con la perfección, no con la certeza,
sino con honestidad, ternura y amor.
Una danza con el mundo dentro de nosotros.
Una danza con la vida.
Una danza con él.

Escribir este análisis me recordó que el verdadero cambio empieza en los lugares silenciosos,
en cómo nos hablamos,
en cómo elegimos el amor por encima del miedo.
Gracias por caminar conmigo a través de estas líneas.
Este es solo el comienzo de Un Viaje a Través de Dancing the Dream,
y estoy emocionada por seguir explorando sus poemas,
latido a latido.
Con todo mi corazón,
Daniela 🌻
Un agradecimiento muy especial para mi querida Ilaria, cuya impecable traducción al italiano está hecha con tanto amor, cuidado y devoción.
Gracias por tu apoyo incondicional y tu amistad, significan más de lo que las palabras pueden expresar.
Y a la maravillosa alma detrás de la cuenta de Instagram @mjj.edit58, gracias por estas imágenes tan impresionantes, por su belleza y su calidad, y por ser un amigo cuya presencia se siente como un soplo de aire fresco.
Seguidle para ver más contenido inspirador y de alta calidad.
Y a ti, querido lector…
gracias por tomarte el tiempo de estar aquí, por caminar este camino conmigo y por el amor que traes a este pequeño rincón del mundo.


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